Mi primera entrada la voy a dedicar a una historia que siempre me ha resultado increíble.
Hace bastantes años, mi padre, en su entusiasmo por hacernos pensar acerca de la naturaleza de los seres vivos, a mi hermano y a mí, nos preguntaba:
“Cuando los alimoches se encuentran frente a un huevo de grandes dimensiones, como los de avestruz, seleccionan piedras cercanas, y con el pico comienzan a dispararlas con fuerza contra la cáscara con el fin de romperla y comerse lo que hay en el interior. ¿Creéis que los alimoches utilizan esta técnica porque la aprendieron de sus padres, o nacieron ya sabiéndola?”
Claro que, por ese entonces, a nuestra edad, nosotros no teníamos muchas ideas de cómo responder. Lo normal habría sido decir que es aprendida, así como nosotros aprendemos a andar o a hablar. Entonces, añadió:
“Y si os digo que ponemos un huevo delante de un alimoche que no ha crecido con sus padres, ¿qué creéis que pasaría? ¿Lo rompería con piedras?”
Nosotros nos quedamos igual, aunque probamos con diferentes respuestas que no resultaron muy convincentes. Enseguida, mi padre nos contó la historia completa del experimento que daba respuesta a esas preguntas: el experimento del alimoche de Félix Rodríguez de la Fuente, filmado para un documental de El Hombre y la Tierra.
Para la primera parte del experimento, el equipo puso una recreación de un huevo de avestruz cerca de los alimoches maduros que sobrevolaban la zona. Como era esperado, un par de ellos se posaron y comenzaron su rutina. Cogieron piedras de distintas dimensiones y las arrojaron contra la cáscara. Pronto gozaban de su contenido tras haberlo roto. Como segunda parte, rescataron un alimoche que tenía un mes de vida de un nido, lo criaron y alimentaron en cautividad hasta que tuvo edad suficiente para llevar a cabo la tarea. La gran pregunta de Félix era si un alimoche joven que no se hubiera criado con sus padres, que ni siquiera hubiera volado nunca y que no había visto ningún huevo en su vida, sería capaz de utilizar técnicas como esta de manera innata, transmitidas mediante el material genético de sus padres. Los resultados fueron maravillosos. El alimoche primero emprendió el vuelo, sin que nadie hubiera tenido que ayudarle o enseñarle, corroborando que el vuelo es, como en todas las especies de aves voladoras, una respuesta innata. Pronto localizó el falso huevo y sin más preámbulos, inspeccionó la zona, seleccionó las piedras y comenzó a arrojarlas. Al principio, sin mucho éxito, pero tras unos pocos intentos, logró romper la cáscara.
Lo que le ocurre a Gaspar, el alimoche del experimento, es que posee una conducta innata e inconsciente que se transmite genéticamente entre los seres vivos de su misma especie y que les hace responder de una misma forma ante determinados estímulos. Esta es una reflexión sobre lo sorprendentes que pueden llegar a ser los organismos y de cómo el material genético transmitido en una especie da lugar a distintos instintos, siendo así capaces de sobrevivir y adaptarse al medio.
Al final de la entrada, en las fuentes, os mostraré un enlace que lleva al propio documental en el cual mi padre se basó para preguntarnos, que años más tarde tuve el placer de ver. Os invito a que le echéis vosotros también un vistazo ya que explica más detenidamente y con detalle todo lo relatado en esta entrada.
Además, para concluir, querría hacer un guiño al mensaje que deja Rodríguez de la Fuente al final del mismo vídeo:
“Los alimoches, amigos míos, viven en España, cada día menos porque se mueren precisamente víctimas de esta conducta porque comen los huevos envenenados que se dispersan por los campos españoles cada primavera. Si este documento sirve, al menos, para que no se coloque un solo huevo envenenado más en los campos de España, el esfuerzo habrá merecido la pena.”
El alimoche común, Neophron percnopterus, se encuentra actualmente en el Libro Rojo de las aves de España en la categoría de “En peligro” además de en otros catálogos como “Vulnerable” o “En peligro crítico”. Esto se debe principalmente a esa causa.
Esta información, además de muchos otros datos sobre el alimoche común y su conservación, se encuentran almacenados en la página web de La Sociedad Española de Ornitología (SEO), una organización no gubernamental de utilidad pública que tiene como principales objetivos la conservación y el estudio de las aves y sus hábitats. También os adjunto el enlace a su página.
Muchas gracias por vuestra atención y espero que esta ave os haya parecido tan fantástica y curiosa como me lo pareció a mí.
La naturaleza nunca dejará de sorprendernos.
Recuerda siempre que la Tierra tiene música para aquellos que escuchan.
FUENTES:
- Documental “El Hombre y la Tierra: El buitre sabio”: https://www.youtube.com/watch?v=CKuE-8_Py8k
- Página web SEO: https://www.seo.org/ave/alimoche-comun/
.M.