lunes, 29 de octubre de 2018

El permafrost se derrite...¿por qué debería preocuparte?

1. ¿Qué es? 

Es posible que no hayáis oído hablar del permafrost, pero si alguna vez habéis viajado a regiones árticas del hemisferio norte es posible que en algún momento lo hayáis incluso pisado.

Capa de permafrost al descubierto en una región del Ártico

En Geología, se denomina permafrost a la capa de la superficie terrestre permanentemente congelada (pero no siempre cubierta de hielo o nieve) bajo los suelos de regiones muy frías o periglaciares como la tundra. Puede encontrarse en áreas circumpolares de Canadá, Alaska, Rusia y norte de Europa entre otras (incluso también en Marte, como lo han demostrado los estudios con la sonda Phoenix). El permafrost se divide en pergelisol, la capa helada más profunda, y mollisol, capa más superficial que suele descongelarse.

2. ¿Qué importancia tiene?

El estudio del permafrost se está convirtiendo en un área de investigación cada vez más interesante en el campo de la ciencia del cambio climático, jugando dos papeles esenciales:

En primer lugar, preserva un registro de cambios de temperaturas en la superficie del planeta, actuando como un archivo de datos. Si se realizan sondeos para extraer muestras cilíndricas de permafrost, se pueden definir los cambios de temperatura sufridos por el suelo durante cientos de años. En segundo lugar, el permafrost traduce los efectos del cambio climático, impactando sobre los ecosistemas naturales y las infraestructuras humanas. En algunas zonas, sobre todo donde la capa de permafrost es delgada, los cambios de temperatura y el calentamiento pueden convertir una zona boscosa en un pantano. El deshielo puede asimismo derribar edificaciones, ya que el permafrost da consistencia a los cimientos.

Además, el permafrost conserva restos animales y vegetales de épocas pasadas en su interior y, con ellos, miles de parásitos y enfermedades, y acumula billones de toneladas de compuestos orgánicos (CO2 y CH4) capaces de generar una enorme cantidad de gases que potencian el efecto invernadero de la Tierra y aumentan la temperatura global.

3. Consecuencias de su derretimiento

Un estudio reciente ha revelado que el permafrost del hemisferio norte se está descongelando mucho más rápido de lo que se había previsto hace unos años. La subida de la temperatura global 0,12ºC cada año está provocando la pérdida del 40% del permafrost. Para que os hagáis una idea, 1ºC arriba significa perder un trozo de permafrost del tamaño de la India. Al descongelarse kilómetros y kilómetros de tundra, los gases atrapados durante millones de años en el subsuelo (sobre todo metano y dióxido de carbono) pasan a formar parte de la atmósfera atrapando energía y aumentando de manera considerable la temperatura del aire (esto a largo plazo podría ser el detonante de un cambio de clima radical en nuestro planeta). Los estudios prevén que este aumento de temperatura conduciría a una región Ártica sin hielo pero con más vegetación, que (por buscar algo positivo) ayudaría a absorber parte del ya mencionado exceso de CO2.


Por otra parte, se forman grandes socavones en el terreno, provocando la destrucción de bosques y construcciones que estén encima, así como grandes inundaciones, emigración y superpoblación de zonas seguras, y desequilibrio del precio de los materiales que se explotan sobre el permafrost (carbón, gas, petróleo). Por último, aparecen epidemias desconocidas de enfermedades del pasado que se propagan al quedar al descubierto los restos infectados de animales y vegetales conservados por el permafrost. Por ejemplo en 2016 se produjo un brote de ántrax en la Península de Yamal, al norte de Siberia, que provocó el fallecimiento de un niño, más de 100 hospitalizados, la muerte de 2000 renos y el envío de brigadas de vacunación para inmunizar a las especies más vulnerables.

4. Conclusiones

La situación es realmente complicada. Seguimos sin ser capaces de controlar nuestras emisiones de carbono a la atmósfera, y eso hace que el deshielo del permafrost (al igual que el de los polos) no cese. Los países afectados han comenzado a tomar medidas concretas de cara a evitar las migraciones interiores y las epidemias de enfermedades desconocidas, y para regular las emisiones de efecto invernadero, pero el derretimiento del permafrost es algo que nos afecta a nivel global y todos los países deben colaborar para frenarlo. 
Socavón formado en la región de Yamal (Siberia)
Es evidente que los tratados internacionales firmados para reducir los efectos del cambio climático no son suficientes por el momento, y que la gente todavía debe concienciarse mucho más para no ver como lejano algo que ya es una realidad.

Espero que gracias a este artículo sepáis lo que es el permafrost y os conciencéis de que, aunque sea algo que nos queda lejos, su derretimiento tarde o temprano acabará afectándonos directamente.

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FUENTES



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